lunes, 23 de abril de 2018

Suicidio

Algunos filósofos consideran que un acto desinteresado realmente no existe. De alguna u otra forma las personas siempre buscan algún beneficio directo o indirecto en sus acciones, así sea simplemente el hecho de aumentar su propio autoestima/ego al ayudar a otro. Ante esto, yo quiero traer a consideración la siguiente situación: Un ateo quiere morir, padece de una pena insoportable y sin señal alguna de una luz al final del túnel, pero no lo hace por no querer herir a sus seres queridos. Si es ateo, esto significa que no espera alguna forma de vida más allá de la muerte. Pareciera que la mayoría de ateos abordaran este tema de una manera demasiado despreocupada y poco reflexiva, de por sí buena parte de estos ateos siguen una corriente nihilista, ya sea por convicción o para aparentar dureza de carácter. Pero hay que tener en cuenta lo que implica el hecho de morir para un ateo.

Hay varias preguntas filosóficas que se han venido preguntando desde hace mucho, una de ellas es ¿Quien soy? Está de moda hoy en día decir que las verdades absolutas no existen, después de largas discusiones con maestros y amigos, he llegado a la conclusión de que esto es de cierta manera falso, y que en realidad la naturaleza de las verdades sería similar a la de la gráfica de una asíntota. Existe un límite al que por más que uno se extienda, jamás alcanzará, pero que allí está, de la misma manera en nuestro ser humano jamás conoceremos la verdad perfecta, pero ello no significa que esta no exista.

Ante la pregunta ¿Quien soy? existen muchas respuestas, la opinión popular dirá que todas son válidas, hasta las más absurdas. Si hipotéticamente hubiese una respuesta definitiva a esta pregunta, y alguien o varios supieran cuál es, igual esta nunca sería del todo aceptada, y la pregunta continuaría "sin tener una respuesta". Yo en lo personal ya dejé de preguntarme esa pregunta hace mucho, porque estoy convencido de que la respuesta es nuestra memoria. Y "coincidentemente" es a esta conclusión la que muchos escritores han llegado. Un ejemplo sería en el capítulo "White Bear" de la famosa serie Black Mirror, en donde a una criminal se le son borradas sus memorias todos los días para así convertirla en una atracción y a la vez tortura. Pero si está persona no tiene recuerdo alguna de haber cometido tales delitos, ¿no sería por lo tanto inocente?

Entonces, si nosotros somos nuestros propios recuerdos, y después de la muerte no existe nada, es decir que no tendremos conciencia alguna de nuestro pasado, es como si nunca hubiese ocurrido. Al morir no solo dejará de existir nuestro futuro, si no también nuestro pasado. Como si jamás hubiéramos nacidos en primer lugar. No tendremos ni siquiera el remordimiento de habernos matado. Dejaremos de existir. No sentiremos absolutamente nada. nada. NADA.

Una vez leí por allí, la historia de un sujeto que se suicidó alegando que la vida no tenía sentido alguno, pero antes de hacerlo escribió un ensayo de más de mil páginas explicando, mientras hacía un repaso de la historia de la filosofía, el por qué nada tenía sentido. ¿Porqué? Si realmente nada tenía sentido, ¿para que molestarse en escribir un libro de más de mil páginas? Realmente me parece de lo más absurdo que he leído jamás.

Volviendo al tema inicial, ¿hay algún interés propio por el cual el ateo no se suicida? teniendo en cuenta que está decido a morir. Un beneficio directo no podría ser, ya que va a suprimir su existencia, por lo tanto no habría algún beneficio imaginable que pudiera obtener. Y si entonces, la causa está en no tener que sentir el remordimiento de herir a alguien, esto tampoco aplica, ya que no será capaz de sentir nada, ni recordar. Pero aún así sigue sin ser capaz de provocar tal desgracia para sus allegados. ¿Podría ser esta paradoja la respuesta a este debate filosófico?